Al ser vertidos en los cuerpos de agua superficial, los aceites afectan el intercambio de oxígeno y alteran el ecosistema; así mismo, el vertimiento al suelo puede causar: erosión, pérdidas de fertilidad del suelo y destrucción de hábitat de animales. Incluso, a nivel urbano, al ser vertidos en el sistema de alcantarillado, se obstruyen las redes y se ocasionan dificultades en la disposición y sobrecostos de las Plantas de Tratamiento.
Para evitar esto, debemos realizar una correcta separación y disposición, lo cual, permite que el aceite sea usado como insumo para la producción de nuevos productos como biodiesel, lubricantes, detergentes y tintas para artes gráficas, entre otras. (Ministerio de Ambiente, 2018)
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