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Con la participación de 134 Uniagustinianos entre estudiantes, administrativos y algunos de sus familiares, vivimos el pasado sábado 7 de mayo nuestra tradicional Ruta Uniagustiniana, actividad que debido a la emergencia por el Covid - 19, fue suspendida. Esta experiencia busca fortalecer la identidad y reforzar los valores que nos presenta nuestra misión institucional, particularmente la espiritualidad, la amistad y el sentido comunitario

Partimos desde nuestra sede principal sobre las 6:00 a.m. rumbo al municipio de Ráquira en Boyacá no sin antes hacer una parada técnica en el municipio de Ubaté para recargar energías con el desayuno. Durante casi todo el recorrido nos acompañó la lluvia, por tal razón el tiempo en carretera se alargó ya que nuestros conductores se dirigían con prudencia con el fin de prevenir cualquier tipo de incidentes.

Nuestro destino final era el convento de Nuestra Señora de la Candelaria al cual arribamos sobre las 2:30 p.m., pues antes habíamos visitado la casa Villa Terracota donde los participantes tuvieron la oportunidad de observar cómo se elaboran las diferentes artesanías fabricadas con arcilla que estos territorios proveen y que a su vez es su principal fuente económica, almorzamos y visitamos los diferentes espacios que este lindo sitio ofrece para quienes quieran tener un momento de descanso en familia.

En el convento de la Candelaria hicimos el recorrido por los museos, las zonas verdes y la cueva del ermitaño, esto nos permitió conocer un poco más de la historia de los Agustinos Recoletos en Colombia. 

En nuestra tradicional parada en el municipio de Ráquira los participantes pudieron comprar recuerdos y regalos para sus familias. Regresamos hacia la ciudad de Bogotá sobre las 5:00 p.m. y en el camino llegando a Ubaté nos encontramos con algunos establecimientos que venden quesos, arepas y postres, por supuesto esta parada era obligatoria, fue un momento para tomar algún alimento y realizar compras. 

Finalmente, para ponerle más emoción a nuestro recorrido tuvimos el incidente de la jornada, uno de los buses presentó fallas mecánicas, afortunadamente los otros dos buses tenían espacio para hacer trasbordo y pudimos retomar el recorrido. Llegamos a nuestra sede principal sobre las 11:30 p.m. y así cada uno se dirigió a su hogar. 

Fue una jornada agotadora pero muy entretenida e interesante, de cada experiencia se aprende y se conocen nuevos lugares que se graban en la memoria y se arraigan en el corazón.