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Han pasado más de cinco años desde que el entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos firmó un acuerdo de paz histórico con las Farc. Desde ese momento los cabecillas de la extinta guerrilla se volvieron parte del escenario político del país y hoy promueven sus ideas en medio del debate público.

Precisamente en el marco de este ejercicio democrático, la Universitaria Agustiniana dio inicio al II Encuentro de Humanidades en la Academia el pasado martes 14 de septiembre. La Oficina de Relaciones Internacionales e Interinstitucionales, ORII, en compañía del Departamento de Humanidades y la Biblioteca Fray Pedro Fabo, convocaron al conversatorio "Paz Incierta, Paz Posible", que se llevó a cabo de manera virtual y reunió a casi 200 asistentes de diferentes partes del mundo.

Los protagonistas fueron Rodrigo Londoño, antes máximo líder de las Farc y hoy presidente del partido político Comunes y Juan Carlos Henao, exrector de la Universidad Externado y asesor del equipo negociador del Gobierno. Ambos respondieron a las preguntas de estudiantes, docentes e invitados y sostuvieron una conversación en torno a los desafíos para alcanzar la paz, que fue moderada por Fernando Sánchez Gélvez, decano de la Facultad de Humanidades de la Uniagustiniana.

En el encuentro, Londoño aseguró que la implementación de los acuerdos no puede quedar restringida al Gobierno y a los firmantes porque "le pertenece a toda la sociedad colombiana, especialmente a aquellos que presenciaron de manera reiterada los rigores del conflicto armado". Además, aseguró que "la pedagogía se tiene que promover en medio de encuentros en los que uno vea a los ojos a quienes han sido marginados del goce efectivo de derechos" para pedir perdón y "dotar a la ciudadanía de esperanza".

Por su parte, Henao fue claro al explicar que la única forma de lograr un consenso nacional es cuando se discuta sobre "posesión de tierras, catastro multipropósito, impuesto a las grandes fortunas y lo que genera la desigualdad", pues, según dice, "Colombia es un polvorín con o sin Farc" y en cualquier momento puede estallar. Prueba de ello es el reiterado asesinato de los excombatientes, una problemática que calificó de "vergonzosa" por la que el Estado debería responder.

En eso estuvo de acuerdo Rodrigo Londoño, quien hizo un llamado a "hacer de la paz una causa común, una consigna que debería reunirnos a todos, empezando por saldar la deuda histórica que se tiene con el campo colombiano". Justamente para el profesor Henao es allí donde se necesita "mucha más contrición, una introspección con excusas fidedignas, no solo de la guerrilla sino del Estado que también ha sido violador de los derechos humanos".

Ambos cerraron el encuentro pidiendo signos de bondad, dejando a un lado la lógica del amigo-enemigo, porque esa narrativa solo lleva a la intolerancia: "es una visión dogmática que evita avanzar hacia un cambio cultural que se tiene que dar más temprano que tarde". 

 

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