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Karen Dayana Larrota, estudiante del programa Hotelería y Turismo, estuvo en la Universidad Nacional de Lanús, cursando un semestre de intercambio académico.

Karen cuenta que se sorprendió bastante al ver el nivel teórico que enseñan por materia, pero, aun así, dice que se acopló muy fácil. Según Karen, sus compañeros de clase sabían muchísimo, además eran bastante extraños, pero eso no afectó en absoluto su experiencia.

El nivel de exigencia de la universidad fue excelente, el método de calificación es muy diferente al de Colombia, trató de dar lo mejor de ella en cada materia, amaba las clases, no tenía prioridad por ser de Colombia, y considera que eso es muy bueno porque no había equidad e igualdad de condiciones para todos.

El nivel de investigación de la Universidad es bastante bueno, no sólo en la carrera de Hotelería y Turismo, si no en todas las carreras que tiene la universidad. La educación superior en Argentina tiene muchos aspectos a favor, además de ser gratis, también cuentan con un amplio nivel académico y permite a los estudiantes conseguir un mejor laburo -como dirían allá-, o trabajo en el campo que estudiaron.

Recién llegó a la Universidad, el 7 de agosto del 2017, estaba impactada, “todo lo consideraba un sueño”. El edificio que más frecuentaba era el José Hernández, que es donde está la parte administrativa y algunos salones, Karen se sentía como en Harry Potter, “su techo alto lleno de banderas, los salones con tableros de tiza y sus escritorios antiguos hacían revivir más aquella ilusión”, cuenta Karen.

“El campus es demasiado grande y hermoso, ¡hasta había árboles de moras!, y ahora que lo pienso creo que nunca lo recorrí completo. Viví 3 estaciones del año y cada vez me gustaba más ver como los arbolitos iban cambiando según la estación” adiciona Karen.

La biblioteca, a pesar de ser pequeña, era muy completa, siempre que Karen iba por un libro la atendían de la mejor manera.

La cafetería era su resguardo cuando estaban en invierno y se moría de frío, “todavía extraño las medialunas y el café que me tomaba cuando quería calentarme”.

Cursó allí 4 asignaturas, Marketing de servicios, Marketing Turístico, Formulación y evaluación de proyectos, Turismo en calidad de servicios e Investigación turística.

Considera que todas las clases eran magistrales, cada profesor tenía su asistente o como ella decía, un “segundo profesor”, ya que si no asistía el profesor titular, quien se encargaba de dictar la clase era el asistente, no por esto las clases dejaban de ser de un muy buen nivel.

Tuvo la oportunidad de participar en el Día Mundial del Turismo, para ella fue increíble, allí hicieron una feria con muchos países por todo el edificio, José Hernández, había comida por doquier y además junto con Paola González, otra estudiante de intercambio, mostró una pequeña parte de Colombia con el poster sobre el proyecto en el Cayo Johnny Cay en San Andrés y Providencia.  

Karen Larrota habla de su experiencia internacional en Argentina

La ciudad es preciosa, tiene unos atardeceres de ensueño, amaba pasar por el 9 de Julio y admirar el Obelisco a lo lejos, cuando ya estaba cerca pensaba que era un sueño. Pero, mi lugar favorito, por siempre será Puerto Madero, río me hacía sentir más cerca de casa, era una conexión extraña y en la noche era ¡Bárbaro! -como dirían los argentinos-”.

Define a Buenos Aires, como su segundo hogar, fue mucho mejor de lo que pudo imaginar. Cada día que recorría las calles, se vislumbraba con algo nuevo, su arquitectura europea y su gente mencionando en todo momento el “Che”, le parecía lo más extraño, pero amaba eso.

 “Mi experiencia fue genial, conocí personas de España, Alemania y México, tuve la oportunidad de convivir más con mexicanos y la verdad es que mi próximo destino sin duda será este país. Más que mis compañeros de intercambio se convirtieron en mis amigos, mi familia y eso fue lo más gratificante”.

Sin duda, fue muy copado -grato- vivir cada experiencia allí, cada lágrima, cada risa, cada recuerdo, sea bueno o malo, valió totalmente la pena. Aun repito palabras argentinas constantemente, extraño los alfajores y compartir parte de mis costumbres con mis compañeros, como por ejemplo, ofrecerles arepas colombianas.

Como si fuera poco, aprendí portugués, era una materia optativa, y además gratis; tengo una palabra para definir lo que ahora siento por Argentina y es saudade, que significa extrañar con agradecimiento, felicidad y con buenos recuerdos.

Karen finaliza agradeciendo la oportunidad brindada, “hubiera querido quedarme más tiempo, pero igual estoy totalmente agradecida con la UNIAGUSTINIANA, La ORI y con la Dirección de mi programa por permitirme vivir tan grata experiencia.

Karen Larrota habla de su experiencia internacional en Argentina